Francisco López. Cámara de inmersión sónica

La antigua cámara frigorífica de Matadero Madrid se ha convertido en una cámara de inmersión sónica, un espacio creado por Francisco López, uno de los artistas españoles más relevantes en el campo de la música experimental, para ofrecer un viaje a un mundo virtual construido únicamente por sonidos.

Esta instalación, que podrá visitarse gratuitamente desde mañana y hasta el próximo 17 de mayo, propone a sus espectadores, recostados en tumbonas y con los ojos vendados, "separarse de la realidad, de la vida, del mundo cotidiano y de la prisa" para explorar "un viaje sonoro en el que cada persona tiene su propia experiencia".

Nacido en Madrid en 1964, este artista autodidacta, sin formación musical ni técnica, lleva más de treinta años coleccionando sonidos y creando un mundo propio a partir de grabaciones reales recogidas en lugares que van de la selva amazónica a fábricas industriales, y transformadas en su estudio.

Ha realizado instalaciones y conciertos en teatros, museos y centros de arte de más de sesenta países, desde el PS1 Contemporary Art Center de Nueva York, el Musée d´Art Moderne de la Ville, de París, el Institute of Contemporary Arts de Londres o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, hasta espacios como un túnel del metro de Atenas.

Su último trabajo, esta cámara de inmersión sónica, se inaugura mañana en la antigua cámara frigorífica de Matadero Madrid, un espacio en el que los espectadores, unos cincuenta por sesión, se instalan sobre tumbonas y con los ojos vendados para sumergirse en un mundo virtual en el que los sonidos se suceden sin que apenas puedan ser reconocidos.

En una primera parte, la inmersión se realiza a través de altavoces y en una segunda a través de auriculares que los espectadores utilizan junto con tapones.