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Cada vez nos despedimos mejor

de Alejandro Ricaño

Diego Luna interpreta una historia de amor sobre una pareja tratando de entender la manera de estar juntos a lo largo de casi cuarenta años, teniendo como fondo una serie de acontecimientos que marcaron a México entre 1979 y las elecciones de 2012

Jobo
Actividad Finalizada

Fecha

25 Junio
10 Julio 2022

Horario

Martes a domingo / 19:30h

Espacio

Sala Max Aub (Nave 10)

Categoría

Institución

Naves del Español en Matadero

Diego Luna interpreta una historia de amor sobre una pareja tratando de entender la manera de estar juntos a lo largo de treinta años, teniendo como fondo una serie de acontecimientos que marcaron a México entre 1979 y las elecciones de 2012. Cada vez nos despedimos mejor es una comedia de humor negro sobre el amor, las relaciones contemporáneas, la pérdida, el destino y la necesidad de seguir, siempre seguir, a pesar de todo.

Cada vez nos despedimos mejor cuenta la historia de Mateo y Sara a lo largo de tres décadas. De 1979 −desde el último segundo del 31 de diciembre, hora a la que ambos, coordinadamente, nacen− hasta el 1 de julio de 2012, su última despedida, en las manifestaciones por la elección de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República. 33 años de encuentros y desencuentros tratando de hacer subsistir su amor en medio de un país que se desmorona a cada tanto. Al morir su madre, Sara, que no ha heredado otra cosa que una cámara Polaroid instantánea, decide volverse fotoperiodista y viajar por el país documentando los eventos que van marcando nuestra historia. Desde su primer encuentro durante la marcha posterior a las elecciones de 1988 −donde Sara toma la primera fotografía de su vida y en la cual, accidentalmente, aparece Mateo− emprenden una búsqueda intrincada por estar juntos en un país que marcará sus encuentros con tragedias, guerras y catástrofes naturales.

Cada vez nos despedimos mejor es un espectáculo con un actor y un músico en escena, un monólogo contado desde el humor negro sobre el amor y las relaciones contemporáneas, la soledad del individuo urbano, la pérdida, el destino y la necesidad, a toda costa, de tener siempre una segunda oportunidad. Aunque siempre volvamos a arruinarlo.