CENTRO DE CREACIÓN CONTEMPORÁNEA

Carlos Rodríguez-Méndez. Hombres sentados

Abierto x Obras
Fecha
Del 2 junio al 31 julio 2011
Precio

Entrada libre

Categoría
Formato
Espacio
Nave 0
Abierto x Obras
Institución

Un intenso material físico y emocional en forma de hombres sentados grabados cenitalmente

Hombres mayores de 70 años residentes en Madrid emiten un sonido continuado e ininteligible durante un minuto mientras son fotografiados y grabados en vídeo cenitalmente. Hombres sentados busca la inserción artística en los cuerpos extremadamente vividos de hombres. Éstos son interpretados como un intenso material físico y emocional. Sus sonidos irrumpen sobre el proyecto, procuran una información real y tangible de esos cuerpos con los que seguir analizando el lenguaje y los principios procesuales de la escultura en sí.  

¿Cómo enfrentarse a la exhibición pública de la disección de un cuerpo vivo? En sus diez años de trayectoria, Carlos Rodríguez-Méndez (Pontevedra, 1968) viene ejecutando una particular forma de “lecciones de anatomía” que aúnan tensión psicológica y visual, de modo que los elementos de una experiencia traumática se transforman a través de la escultura, la instalación, el vídeo y la fotografía, dando lugar a una nueva constelación de significados. De frente o a espaldas del público, en ocasiones oficiales o cotidianas, espontánea o intencionadamente, en el contexto o más allá de sus originarias referencias geopolíticas y culturales (y por tanto necesariamente mentales), el artista lleva a cabo sus maniobras en situaciones que le procuran la posibilidad de confrontar cara a cara los límites y obstáculos impuestos por los sistemas de pertenencia. Lo esencial es el trauma sobre todo en dos órdenes: el orden de la jerarquía familiar/social, y el orden de las relaciones del espacio material/físico. En una constante batalla que enfrenta a las fuerzas de cada orden, Rodríguez-Méndez muestra las entrañas de la condición humana, en la que los intentos de un hombre solo por levantar un puente sobre el vacío (la eterna nada) se revelan tan ilusorios como el absurdo de la propia existencia. Atrapada entre estos dos órdenes, la práctica artística de Rodríguez-Méndez se sustenta en una amplia variedad de materiales (tierra, agua, piedras, ladrillos, gallinas, carne, sal, fruta y, de manera polémica, el propio cuerpo humano). Lo que le ha llevado a reconocer y clasificar estos materiales como intrínsecamente esculturales es su capacidad de retener un potencial de expresión que no deja de ser una poderosa herramienta en los procesos de construcción de su imaginario personal.  

La actitud esencial de Carlos Rodríguez-Méndez se asemeja en Hombres sentados a la de un concienzudo cirujano. En una atmósfera delimitada por la inutilidad del lenguaje, la perspectiva cenital sobre la enigmática imaginería sin rostro de hombres mayores –sentados y estáticos, con unas imponentes cabezas cuya sobreexposición se completa con sonidos inarticulados- hace patente la lucha del artista por integrar el arte en el día a día. Este permanente punto de vista vertical, en apariencia inocuo aunque agudamente crítico, pone en entredicho el sistema patriarcal de reglas y gira en torno a la representación del poder, en un intento de evidenciar la tensión entre la simbología del gesto artístico y la rigidez del estado mental. De este modo, Hombres sentados parece reivindicar la visibilidad y la autonomía de una imagen-escultura que, paradójicamente, cuestiona los límites de la autoridad a la vez que apunta al mismísimo núcleo de su motor, la inmovilidad del cerebro.                                                                                                                        
(Marko Stamenkovic)

Carlos Rodríguez Méndez
Carlos Rodríguez Méndez
Carlos Rodríguez Méndez
Carlos Rodríguez Méndez
Carlos Rodríguez Méndez
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