Por lo visto los pájaros tienen dialectos. No canta lo mismo un mirlo del retiro que otro que habite el parque del oeste. Y aunque esto no lo supiésemos y seguramente no lo podamos diferenciar aún, vamos a intentar esta vez estar sin mirar, a ver si podemos llegar a escuchar más allá del río. Hace unos días alguien que vino a una sesión comparó los ríos con las venas. Con los conductos que llevan fluidos de unos sitios a los otros dentro del cuerpo. Si dejamos de hablar y de mirar un rato quizás nos desplacemos y consigamos poner la atención en varios sitios a la vez. Ir de lo que está más lejos, muy lejos, y traerlo muy muy dentro muy cerca. Bajar más adentro.

El recorrido comenzará en el Centro de Residencias de Matadero para perderse por las inmediaciones del río y terminar en Matadero de nuevo.

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