CENTRO DE CREACIÓN CONTEMPORÁNEA

FRANCO INGRASSIA

PENSAR EN LA DISPERSIÓN
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Fecha fin
Tabacalera de Lavapiés
Franco Ingrassia reflexiona sobre la fragmentación social y el diálogo real dentro del programa Fabricar Tiempo, dirigido por Amador Fdez. Savater para El Ranchito.
Fabricar tiempo es el objetivo de una nueva iniciativa de Matadero Madrid llamada El Ranchito donde se enmarca el programa abierto de residencias para investigadores que estará al cuidado de Amador Fernández-Savater. Desde la editorial Acuarela hasta su sección de entrevistas en el diario Público, Amador orienta su actividad desde hace años precisamente a “dar la palabra” y acompañar procesos de pensamiento. Este programa de residencias tantea experimentalmente unas condiciones más propicias para el pensamiento hoy.   El primer invitado a estas residencias se llama Franco Ingrassia y es un investigador independiente y activista de Rosario (Argentina). Ingrassia trabaja precisamente desde hace años la noción de “dispersión” como nuevo suelo y condición de la vida contemporánea: un suelo altamente precario y móvil que más bien parece arenas movedizas, donde tejer vínculos y elaborar sentido a lo que uno hace se convierte en un verdadero desafío.

El investigador y psicólogo argentino, que este mes participa como residente en El Ranchito, completa su visita a Madrid con cinco talleres gratuitos en los que busca reflexionar junto a diferentes personas y colectivos implicados en experiencias vivas de Madrid en el CSA La Tabacalera, un lugar ideal para los encuentros porque allí la dispersión estalla con toda su potencia y sus problemas. Los talleres se desarrollarán los días 3, 4, 10, 11 y 13 de diciembre, y concluirán con un balance final el día 17.
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Pensar en la dispersión: encuentros con el investigador y activista argentino Franco Ingrassia. “Todo el mundo piensa. Todo el mundo está pensando. Casi podríamos decir que la misma vida contemporánea lo exige, porque las respuestas que hemos heredado hacen aguas por todas partes. Sin embargo, los modelos de pensamiento están en crisis: desde la Universidad y la academia, hasta los mismos formatos de la conferencia y la charla. Por ejemplo, es una experiencia compartida cómo, después de una conferencia que ha podido ser interesante, el turno de palabra se desgaja en una serie de monólogos sin conexión. Esto no ocurre por casualidad.  Pensar juntos pasa por compartir un problema y embarcarse con otros en la persecución de una idea. Y eso requiere tiempo. Hoy más que nunca, cuando la fragmentación social nos confina a cada uno en compartimentos (aparentemente) estancos y multiplica los diálogos de sordos entre mundos (arte, política, pensamiento, institución, academia, etc.). Tiempo para hablarse y para escucharse, tiempo para atravesar los compartimentos estancos y entenderse, tiempo para que brote la confianza sin la cual no podemos pensar con el otro, tiempo para conocer qué piensan las vidas y cómo son esas vidas que piensan”.  Franco Ingrassia.




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