¡QUIETO TODO EL MUNDO!

¿A qué nivel se compromete uno ante la sociedad? ¿Cuál es la responsabilidad del individuo en la sociedad? ¿Qué responsabilidad tienen aquellos que nos representan, han de ser ejemplares o héroes?

Como parte del Festival Escena Contemporánea, ¡Quieto todo el mundo! pretende yuxtaponer diferentes visiones, a veces opuestas y contradictorias sobre el 23-F, rescatar discursos, canciones, momentos públicos y cotidianos de la época y desentrañar los mecanismos humanos que se encuentran detrás de la preparación de un golpe, sea del tipo que sea, para mostrar la sociedad de hoy con sus miedos, incertidumbres, fallos y ambiciones.
La metodología de trabajo de la compañía Mirage sigue la creación colectiva o devise, que hemos desarrollado en los últimos años, intercambiando experiencias en talleres y festivales de teatro en varios países europeos y trabajando en colaboración con compañías internacionales. Como en otros espectáculos de la compañía, ¡Quieto todo el mundo! aspira a hacer de la obra de teatro un evento que rompe los límites del escenario para atraer nuevos públicos a través de la discusión, la reflexión, el divertimento y el aprendizaje de nuevas técnicas. Hacemos cómplice al público para convertirlo en el auténtico protagonista del proyecto partiendo de la idea de borrar las fronteras entre el creador y el espectador. Siguiendo las palabras de Jacques Rancière “difuminar los límites entre los que miran y los que actúan, entre los que son individuos y los que son miembros de un colectivo… el poder común es el poder de la igualdad de inteligencias”.
  Hacemos una elipsis entre lo acontecido durante la preparación y el intento de golpe de Estado de 1981 con la situación política y económica actual, apostando por la emancipación de los individuos y la igualdad de inteligencias como estrategias de creación y participación del público.