CENTRO DE CREACIÓN CONTEMPORÁNEA

Se sienta la tierra. Fenomenología de la chismosa

Lecturas italianas
Fecha inicio
Fecha fin
Horario

Sábado y domingo / 17h

Precio

Desde 10€

Categoría
Formato
Espacio
Naves del Español. Sala Hormigón (Nave 10)

El Teatro Español y Naves del Español en Matadero ofrecen un nuevo ciclo de lecturas dramatizadas, en este caso, dedicadas a la nueva dramaturgia italiana. La escritura teatral italiana es protagonista por su diversidad y particular mirada en el enfoque de la realidad social italiana y de Europa. Con este ciclo, el Teatro Español pone de manifiesto la riqueza del imaginario de la nueva creación italiana creando un vínculo que va más allá de la mera lectura del texto teatral y nos acerca a la realidad cultural que tanto se asemeja a la cultura española. Una selección de cuatro obras dramáticas que reflejan las tendencias más interesantes del panorama teatral italiano. Para este ciclo contamos con la complicidad del Istituto Italiano de Cultura y del Premio Riccione Teatro. Con ellos, sumamos sinergias de tres grandes instituciones para dar luz y voz a la nueva realidad dramática italiana.

 

Se sienta la tierra. Fenomenología de la chismosa
De Maniaci d’Amore (Luciana Maniaci y Francesco D’Amore)
Dirección: María Caudevilla

Se sienta la tierra. Fenomenología de la chismosa denuncia el poder de la mentira en un pequeño pueblo inventado de la costa italiana. Lidera la narración Clarisa, impía chismosa, tan hábil para tergiversar las noticias que conseguirá liberar a su hija, Teresa, de los fundados rumores que circulan sobre ella. Desvía así la atención hacia otra joven del mismo nombre, decretando su infelicidad y la de toda su familia.

La pieza es un manifiesto contra la violencia machista, la humillación pública del cuerpo femenino y la invención manipuladora del extranjero, así como de las dinámicas tóxicas de las contemporáneas fake news, de las que somos mucho más partícipes de lo que aparentamos.

Heredera del teatro del absurdo, utiliza la irreverencia del humor negro para llevarnos a la única verdad: la de que somos aprendices y necesitamos, a toda costa, la conexión sincera con el otro.