30 AÑOS DE LA HISTORIA DEL TEATRO-DANZA DE ALEMANIA
Un paseo fotográfico
Date
17 March
30 April 2017
Location
Nave 10
Price
Entrada libre
Category
Institution
Naves Matadero
El vestíbulo de la Nave 10 se estrena como espacio expositivo con una muestra que resume 30 años de la historia del teatro-danza de Alemania. Un paseo fotográfico e inspirador por sus figuras más importantes como Pina Bausch, Gerhard Bohner, William Forsythe, Henrietta Horn, Rui Horta, Johann Kresnik, Susanne Linke o Sasha Waltz.
El teatro-danza no es un estilo sino una actitud. Una posición intelectual que se manifiesta en la frase de Pina Bausch, convertida en credo: “No me interesa tanto cómo se mueven las personas sino aquello que las mueve".
Jochen Schmidt, crítico alemán de teatro-danza y director del Tanzfestival Nordrhein-Westfalen (1984-1994), lo describió así para el catálogo de esta exposición: “la denominación del término procede de los años veinte, en los que el creador de la Green Table, el coreógrafo Kurt Jooss, la utilizó por primera vez. No obstante el teatro-danza como tal no apareció hasta 40 años más tarde, cuando en 1967 Pina Bausch estrenó Fragment y Johann Kresnik O sela pei.
Coreógrafos como Bausch, Kresnik, Hoffmann y Linke fundieron elementos contrapuestos, haciendo hablar y cantar a sus bailarines, sin abandonar el terreno de la danza. Desde el punto de vista político, el teatro-danza es un resultado de los rebeldes años sesenta, de las revueltas estudiantiles a nivel mundial y de los debates sobre la coparticipación en el teatro. Estéticamente, surge como una reminiscencia de la Ausdruckstanza (danza expresionista alemana) y de la escuela de Kurt Jooss en la Folkwang-Hochschule de Essen. A esto hay que sumarle la influencia del Modern Dance americano, que estudiaron durante muchos años en Nueva York los coreógrafos más importantes de la primera generación de teatro-danza.
Hoy, la tercera generación de coreógrafos como Joachim Schlömer, Urs Dietrich, Daniel Goldin, Sasha Waltz o Henrietta Horn, trabaja en compañías y grupos de teatro independientes. La mayoría de ellos han estudiado danza en la Folkwang-Hochschule de Essen. Y muchos de ellos, al igual que sus bailarines, no son alemanes. Eso explica por qué el teatro-danza alemán es una cuestión internacional”.
Jochen Schmidt, crítico alemán de teatro-danza y director del Tanzfestival Nordrhein-Westfalen (1984-1994), lo describió así para el catálogo de esta exposición: “la denominación del término procede de los años veinte, en los que el creador de la Green Table, el coreógrafo Kurt Jooss, la utilizó por primera vez. No obstante el teatro-danza como tal no apareció hasta 40 años más tarde, cuando en 1967 Pina Bausch estrenó Fragment y Johann Kresnik O sela pei.
Coreógrafos como Bausch, Kresnik, Hoffmann y Linke fundieron elementos contrapuestos, haciendo hablar y cantar a sus bailarines, sin abandonar el terreno de la danza. Desde el punto de vista político, el teatro-danza es un resultado de los rebeldes años sesenta, de las revueltas estudiantiles a nivel mundial y de los debates sobre la coparticipación en el teatro. Estéticamente, surge como una reminiscencia de la Ausdruckstanza (danza expresionista alemana) y de la escuela de Kurt Jooss en la Folkwang-Hochschule de Essen. A esto hay que sumarle la influencia del Modern Dance americano, que estudiaron durante muchos años en Nueva York los coreógrafos más importantes de la primera generación de teatro-danza.
Hoy, la tercera generación de coreógrafos como Joachim Schlömer, Urs Dietrich, Daniel Goldin, Sasha Waltz o Henrietta Horn, trabaja en compañías y grupos de teatro independientes. La mayoría de ellos han estudiado danza en la Folkwang-Hochschule de Essen. Y muchos de ellos, al igual que sus bailarines, no son alemanes. Eso explica por qué el teatro-danza alemán es una cuestión internacional”.