Homenaje a Rebecca Collins (1982-2024)
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El pasado 26 de junio falleció, tras una breve, repentina y devastadora enfermedad, Rebecca Louise Collins, artista sonora, investigadora de la escucha, comisaria de proyectos relacionados con la música experimental, y asidua seguidora —al igual que su pareja, David G. Cerdeño— de este ciclo, Relatos del ruido. Con este homenaje compartiremos un conjunto de creaciones sonoras que nos ayudarán a recordarla, y que en muchos casos nunca habrían llegado a existir sin su estímulo y su imaginación —tan audaces y generosos que resultarán imposibles de olvidar—.
La artista Silvia Zayas (1978) compartió —además de una profunda amistad— numerosas afinidades estéticas con Rebecca Collins, ya que su trabajo (situado en los límites entre las artes en vivo, el vídeo y la coreografía) abre espacios para la suspensión de significados, a menudo mediante la creación de dispositivos y experiencias caseras, rudimentarias y de baja tecnología para realizar películas en directo. Los sonidos de ruidoê con los que se inicia la audición proceden de la película homónima, vinculada a un proyecto que en su momento recibió el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso a través del programa “Componer saberes”, que fomenta la colaboración entre artistas, investigadores científicos y la ciudadanía en general —es decir, uno de los temas centrales en el trabajo artístico, teórico y curatorial de Rebecca Collins—. Para esta sesión de escucha, Zayas ha querido compartir, además de su pieza, este texto:
“Un poco titubeante aún, lo más honesto que puedo ofrecer es un fragmentito sonoro de una película que provocó que nos encontráramos Rebecca y yo. Fue la coartada, junto con su proyecto en el IFT [Instituto de Física Teórica] de hacer colisionar todos nuestros materiales, para empezar a pensar juntas y compartir metodologías, mientras viajamos, probamos cosas sonoras y nos comprometíamos —muy serias y, a la vez, muy muertas de risa— con misiones como de detectives-desastre por el área industrial de Belfast. Allí buscamos pistas imposibles y le preguntamos a gente desconocida cosas descabelladas… En ese viaje teníamos un plan truncado, entre otros, de reversionar y hackear una parte de la banda sonora de esta peli, como si pudiéramos desplegar múltiples películas hasta el infinito. Pero esto no ocurrió.
Lo que escucharéis es parte de esa banda sonora inicial, aunque no importa su origen. Quiero convertir este audio en la potencia de algo que podría haber sucedido: otra banda sonora, otra película, otra experiencia, con ella. Una versión en la que ponemos el cuerpo una vez más en un estado babeante para generar textos y música muy-muy-muy low-tech, desde estados casi infantiles y de vulnerabilidad.
Nos propongo estar en esa incertidumbre que tanto le gustaba a Rebecca y jugar a imaginar otros sonidos posibles y otras imágenes mentales. Pero, ¡por favor! sin mente analítica, desde la tripa, como practicamos nosotras”.
La pieza An Acoustic Balade, de la compositora Ode Asiguenolaza, forma parte del disco de 2019 titulado “Stolen Voices” —publicado en formato vinilo en una edición limitada a 284 ejemplares—, una de las materializaciones de un proyecto que Rebecca Collins inició en 2014 junto con la también artista e investigadora Johanna Linsley. “Stolen Voices” —tal y como Collins explicaba en la edición del programa radiofónico Ars Sonora del 26 de octubre de 2019, dedicada monográficamente a este proyecto— “propone imaginar el espacio público como una construcción parcialmente ficticia, a la manera de una historia de detectives que se hubiera hecho añicos. Continuando ese juego entre la realidad y la ficción, las dos responsables del proyecto visitan ciertos lugares para investigar lo que ha ocurrido, compartir después con diferentes artistas sonoros sus pesquisas, y proponerles la creación de obras que puedan reflejar —y, en su caso, hacer avanzar— esa investigación”.
Asiguenolaza participó en muchos otros proyectos imaginados por Rebecca Collins, como la exposición “Escuchar la materia oscura” (que se presentó en la Sala de exposiciones de la Universidad Autónoma de Madrid entre en 9 de marzo y el 26 de abril de 2003), o el taller “Detectives de la materia oscura, el mundo cuántico y los agujeros negros”, que se impartió en Azala (Vitoria) del 18 al 21 de julio de 2022 —una iniciativa que retornará a este texto más adelante—.
La infinita curiosidad de Collins también propició su aproximación, a través de estas sesiones de escucha, hacia figuras históricas dentro del arte sonoro y las músicas experimentales desarrolladas en España, tales como Isidoro Valcárcel Medina o el dúo formado por Concha Jerez (1941) y José Iges (1951). Ellos son los autores de Spoken Madrid, una obra —basada en grabaciones de campo realizadas en diferentes lugares de la ciudad que acogió a la artista británica— con la que han querido recordar los encuentros y conversaciones compartidos con Rebecca Collins tanto en la Cineteca de Matadero Madrid como en la edición de 2023 de la feria de arte contemporáneo ARCO, con motivo de la presentación del libro Arte sonoro: una indisciplina, de José Iges.
La escritora, dramaturga, investigadora de artes escénicas y docente Ixiar Rozas (1972) mantuvo una relación de estrecha complicidad con Rebecca Collins, y ha querido sumarse a este homenaje con dos extractos (Siempre y Siempre_) del disco UNISONOA, publicado en 2020, y en el que colaboran artistas como Rafael Martínez del Pozo y Ainara LeGardon (cuya voz aparecerá al final de esta sesión de escucha). Rozas también desea compartir, para esta ocasión, el siguiente texto:
camino luego soy
camino luego existo
soy existo camino luego
luego existo camino soy
luego soy camino existo, sí
soy camino existo luego
soy camino luego existo
camino siempre soy, sí
siempre existo soy
es un camino es un bosque
es un hayedo en un camino de bosque
es un hayedo en una tarde de camino en mitad del bosque
una tarde que es luego una noche de luna, caminamos y somos y existimos, escribe, somos una tarde y luego una noche en medio de un hayedo, sí, en medio de un bosque en medio de
es un hayedo y caminamos de la ciudad, a través de un bosque, a un pueblo, una tarde que luego será una noche de luna, escribes, en medio de la niebla
somos y caminamos juntes de la ciudad, sí, en medio de la tarde, a un pueblo, en medio de y nuestra respiración es y existimos juntes ahí, siempre, en esa pendiente, en esa colina, apoyándonos en la tarde y luego en la niebla y los hálitos, nuestros bastones
caminamos, te digo, existimos, me dices lunas, nos decimos hayedos, se dicen hojarasca los sonidos, dicen, también el solsticio dirán esa tarde en la colina el aliento el bastón, me preguntas, ¿lo has leído? El bosque, no, no lo he leído, te gustará, hojarasca, lo leeré lo leeremos esa noche, antes de la niebla de la mañana, lo leeré en la colina en el hálito caminamos y el fuego, de la hoguera, sí, existimos esa noche las cenizas lo leeré la noche, las risas la tristeza, arden, leeremos las cenizas en la mano, siempre, al amanecer, el ser humano podría estar a mil años de distancia, escribes, sí, antes de la niebla
caminamos
hayedo, que luego es un encinar
ciudad que luego es un bosque, que es un pueblo
tarde que luego es una noche, siempre, que es un amanecer, arde
existimos cenizas, luego somos una tarde, luego una
[«Camino luego soy», escribe Nan Sheperd, en La montaña viva, mientras caminaba en sus montañas, en Cairngorms, Escocia, en tu tierra, más al norte de tu tierra, más al norte de ti. «¿Lo has leído?», preguntaste, te gustará, esa tarde, como se gustan el caminar y el existir, en un hayedo, en un amanecer, en la niebla, en medio de, y el ser humano a mil años, también el bosque, aquí, allí, la distancia, el caminar, el ardor, luego existo.]
Susana Jiménez Carmona (1974), artista, investigadora y docente —así como cómplice de Rebecca Collins en todas esas facetas— está presente en esta sesión de escucha a través de la lectura de un texto titulado Un cuerpo-oído, inspirado por Collins. La voz de Jiménez Carmona se acompaña de una pieza, simplemente titulada Rebecca, creada por Marina Santamaría —Okeans— (1994), que también conoció a Collins —a quien describe como una mentora— en el contexto de estas sesiones de escucha.
La composición titulada Black Hole, del dúo Menhir —formado por Coco Moya (1982) e Iván Cebrián (1980)— ya fue presentada en el contexto de Relatos del ruido, concretamente en el encuentro de septiembre de 2023, titulado “Capítulo VI: Galaxias de sonidos (la metáfora astronómica)”. Como recordábamos en el texto que acompañaba a aquella sesión, este trabajo surgió en el contexto del proyecto “Parámetros para comprender la incertidumbre”, que Collins desarrolló entre 2022 y 2023 como artista en residencia en el antes mencionado IFT (Instituto de Física Teórica), vinculado al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y a la UAM (Universidad Autónoma de Madrid). Como se ha señalado más arriba, este proyecto se expandió posteriormente hasta el centro de creación Azala, dirigido por la artista y coreógrafa Idoia Zabaleta en Álava; allí se celebró, en el verano de 2022, un taller interdisciplinar que reunió a físicos y artistas de diversas disciplinas, y que propició la creación de Black Hole, entre otras obras.
Fue precisamente en el contexto de ese taller donde la radioartista e investigadora en narrativas sonoras Laura Romero (1984) realizó las grabaciones binaurales que, con el título Paseo hacia las estrellas con Sara (en referencia a Sara Porras Bedmar, especialista en Astrofísica y Cosmología, que también participó en el citado taller), presentamos en esta sesión de escucha. “Lo grabé más con la intención de quien guarda un recuerdo, pues durante el encuentro en Azala, aunque me hubiera gustado grabar más y quizá haber hecho alguna pieza más sólida en su momento, estuve tan cautivada por las charlas y la vivencia que dejé las grabadoras algo abandonadas…”, escribe Romero acerca de una experiencia que tuvo lugar apenas una semana después de que llegase a nuestro planeta la primera serie de datos espectroscópicos e imágenes a todo color procedentes del telescopio espacial James Webb.
Si la pieza sonora de Laura Romero documenta algo muy parecido a una performance —posiblemente la práctica artística que más interés suscitó siempre en Rebecca Collins—, esto es todavía más claro en un trabajo como Dominio público, de Roger Bernat (1968), un artista admirado por la investigadora, cuyo trabajo Collins quiso presentar y analizar (como una de las principales influencias en su trabajo artístico y teórico) en la segunda ocasión que visitó el programa Ars Sonora, dentro de un monográfico titulado “Palabras, espacios y auriculares”, emitido el 11 de abril de 2020.
Esta sesión de escucha concluye con la voz de la artista Ainara LeGardon (1976), que ha preparado otra de las piezas especialmente concebidas para esta ocasión. Su título es An Inkling (expresión de compleja traducción a nuestro idioma, pues puede referirse a un indicio, un presentimiento, una sospecha, un atisbo, una corazonada…), y su génesis está relacionada con las experiencias compartidas a través del “P.I.C.A.”, un “Programa de Imaginación Colectiva de creación Artística” que se realizó en Azala, en colaboración con los festivales BAD (Bilbao) y DNA (Pamplona), entre septiembre de 2018 y diciembre de 2020. El grupo de estudio estuvo formado por Ainara LeGardon, Alina Ruiz Folini, Camila Téllez, Ghislaine Verano, Ibon Salvador, Idoia Zabaleta, Inés Aubert, Isaak Erdoiza, Isabel de Naverán, Ixiar Rozas, Karlos Martínez B., Luciana Chieregati, Maia Villot, Marion Cruza Le Bihan, Miguel Álvarez-Fernández, Miriam Inza, Nazario Díaz, Pablo Marte y Rebecca Collins. Así lo describe LeGardon en un texto igualmente preparado expresamente para esta ocasión:
Son las 23:37 del 15 de agosto de 2024. Hasta esta noche no me he atrevido a enfrentarme a la relectura de los correos electrónicos que Rebecca y yo nos intercambiamos, la mayoría durante 2019. Entre ellos encontré algunos pequeños tesoros como The Eighth Song, que me envió con una escueta nota: “to sing to your mum on her birthday”. A finales de febrero de 2019 habíamos trabajado brevemente en él con la idea de que yo lo vistiera sonoramente.
Hoy mi madre se acaba de acostar en la habitación de al lado y yo aprovecho este momento en soledad para estar con Rebecca una vez más.
Descubro también un correo en el que envía a todo el grupo P.I.C.A. el poema-canción An Inkling, fruto de una de las sesiones del taller de escritura experimental coordinado por Ixiar Rozas. Ofrece ese texto para ser incluido en el cartel de “Proklama 13: Encuentros de solsticio”, programa de artes vivas organizado en colaboración entre el Museo Artium y Azala, en el que participaríamos ese mismo verano.
Lo leo y comienzo a cantarlo en voz alta sin previo ensayo. Necesito grabar esta improvisación antes de que se desvanezca. Mi voz es frágil. Para no molestar a mi madre sólo permito que sea un susurro. No me importa no saber qué estoy haciendo. Sé que a Rebecca le hubiera encantado caminar conmigo a ciegas, cantar a sordas, descubrir las cosas mientras ocurren. No haber calentado. Desviarnos del tono, perdernos. Y escuchar. Sobre todo, escuchar.
Preparo el micrófono y le doy al REC. Voy dejando que salga el hilo de voz aguda cantando esa melodía a veces abstracta y cuasi folclórica, como creo que es el propio texto de Rebecca. Y voy escuchando, también, la magia de las mezclas de audio espontáneas: los perros que ladran como si alguien les hubiera indicado cuándo hacerlo, el motor que suena justo tras esa frase a la que aporta otro significado, la puerta por la que alguien entra de forma inesperada a medianoche, marcando sin saberlo el final de la pieza. Todo parece orquestado por Rebecca.
Entonces descubro que mi teléfono móvil está también registrando lo acontecido, incluyendo el aviso a mi madre de que “necesito grabar una cosa” y que me va a “oír cantar un poco”. Rebecca sonríe.
An Inkling
Ears attune an
Incline towards
onwards
Wait.
Heave then Ho,
Leave or go.
Old harbours
Full of dolphins
Managers and engineers
Proceed with caution
Heave then Ho,
Leave or go.
A niggle then a tug
Incline inland.
Push then a shove
Shift in ground.
Heave then Ho,
Leave or go.
Yield to her,
Catch again.
The eternal chase,
Goes round and round.
Heave then Ho,
Leave or go.
And so and so and so
It goes
And on and on and on
They moan
Heave then Ho,
Leave or go.