Cosas que pasan con libros: la biblioteca como fábrica de ritmo es un taller sobre mediación pensado desde las bibliotecas. Tal como cuenta Javier, tradicionalmente, los y las bibliotecarias han sido vistas y se les ha considerado como mediadoras. Pero en el período de configuración de la profesión bibliotecaria, entre finales del siglo XIX y los años 50 del siglo XX, la mediación se entendía como una tarea oculta. Había que crear herramientas y ponerlas a disposición de las personas lectoras para hacerlas independientes en la satisfacción de sus necesidades informativas. Las bibliotecarias no se manifestaban (las técnicas hablaban por ellas), sus decisiones no eran políticas (solo creaban instrumentos asépticos), su principal función era desaparecer (que no se aprecie su labor de facilitación).

El taller, que se desarrollará en 2 sesiones, pretende imaginar otras maneras de crear, editar, publicar, performar, leer y escribir documentos que nos importan, partiendo de experiencias personales e indagando en las que se celebran en la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes cada día.

Una gran parte de los problemas que arrastran las bibliotecas, y que Javier considera que comparten todas las instituciones culturales es pensar que los dispositivos que creamos son inocentes, que las bases de datos no tienen ideología o que no hay un ejercicio de poder en la adquisición de las colecciones. Desde esa idea en el taller se propone pensar la mediación como un espacio que permite hacer en colectivo y cuya principal tarea sería propiciar encuentros y favorecer el aprendizaje colectivo y la creación.

A esto, en el taller se añadirá otra capa: la idea de que la biblioteca es el producto de un acto de edición colectiva. Sobre los resultados de esa publicación inacabada, que mientras se crea avanza hacia el futuro buscando otros cuerpos deseantes, se experimentará una investigación basada en prácticas artísticas.

BIO

Javier Pérez Iglesias es bibliotecario. Está interesado en los procesos de producción editorial y su relación con las prácticas escénicas. Lleva tiempo experimentando sobre las posibilidades de abrir los espacios bibliotecarios a modelos participativos de gestión para crear, escribir, leer e investigar. Entiende la biblioteca como una obra de arte colectiva e inacabada en la que importan tanto las colecciones como lo que la gente hace con ellas.

Forma parte del colectivo Sopa Sólida, junto a Selina Blasco y Gloria G. Durán, con el que desarrollan textos y conferencias performativas en las que se relacionan la academia y el arte con usos subversivos no normativos.

Desde 2013 trabaja en la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la UCM y forma parte de un Proyecto de Innovación Docente para tender puentes entre los grados de bellas artes y de diseño. También colabora con el “Grupo Investigación, Arte, Universidad: documentos para un debate”.

Algunas publicaciones suyas se pueden consultar aquí.